IU exige al Ministerio de Educación que no utilice al profesorado como diana electoral para desviar el debate sobre sus recortes en educación, tratando de centrarlo en la responsabilidad del profesorado en el actual sistema educativo público.
Es incomprensible que el Ministerio de Educación no cuente con los propios interesados, partiendo de la propuesta de estatuto acordada por los sindicatos con el Ministerio en 2007 y centre en el profesorado la responsabilidad de los “males” del sistema educativo.
Izquierda Unida ya ha denunciado que imponer a un supuesto “experto” para redactar un “libro blanco” de la docencialibro_blanco desprecia el trabajo colectivo realizado ya por los representantes de los docentes y busca aplicar el modelo del “técnico experto” al estilo neoliberal.
Pero sobre todo es una medida electoralista que, como denuncian los propios sindicatos docentes, busca centrar el debate en la responsabilidad del profesorado en los resultados escolares, evitando así hablar de la verdadera causa de la situación actual de la educación pública: los recortes del PP en educación, que ya han superado los 5.000 millones de euros durante su legislatura y ha supuesto el recorte de 30.000 docentes en la enseñanza pública.
El PP ha encargado la redacción de ese “libro” sobre los docentes, sin contar en ningún momento con los propios interesados, a Jose Antonio Marina y la Fundación Trilema. Fundación que está absorbiendo en los últimos tiempos un buen número de centros concertados y cuya presidenta, Carmen Pellicer Iborra, que aparece como coautora de dicho Libro Blanco, ha sido profesora de Teología Dogmática y ha trabajado diez años en el Arzobispado de Valencia y colabora con los equipos pastorales de FERE.
Este enfoque parece enmarcarse claramente en su estrategia de potenciar aún más la gestión del sistema educativo al estilo empresarial. Lo demuestra el poner en manos de una Fundación, gobernada por quien dirigía un Máster en la Facultad de Estudios de la Empresa, el diseño de un libro sobre los docentes, en vez de contar con los representantes del profesorado y el trabajo y la reflexión colectiva que vienen haciendo desde hace mucho tiempo los sindicatos, los movimientos sociales y las mareas verdes sobre la docencia. Sabiendo además que ya presentaron una propuesta de estatuto acordada por los sindicatos con el Ministerio en 2007, y que el PSOE decidió no poner en marcha por “razones presupuestarias”.
Si el profesorado es clave en la Educación, no parece que propuestas tan cuestionables como las que aparecen en este documento tengan sentido plantearlas al final de legislatura y en plena campaña electoral, con una reforma educativa muy cuestionada, sin haber revertido los recortes que han afectado al profesorado y a la enseñanza pública. Proponer “pagar por resultados” al profesorado es una medida de gestión empresarial ya obsoleta, que genera sospecha sobre la profesionalidad del conjunto de los docentes y que prima la competitividad y la meritocracia frente a la cooperación y la formación permanente entre la comunidad educativa. Igualmente medidas más que discutibles son las propuestas de que los sindicatos se dediquen solo a la representación laboral, no a cuestiones profesionales; que haya un cuerpo de directores y directoras o que la evaluación sea exclusivamente del profesorado.
Las “recetas” aportadas no se basan en ningún estudio riguroso de la realidad educativa sino en el interés de los autores por demostrar una serie de tesis preconcebidas y publicadas la mayoría en su web, donde la falta de evaluación del profesorado es la base de todos los “males”. Y ello sin argumentación alguna. Sólo el ejemplo de ciudades donde tras someter a evaluación a una determinada escuela y equipo educativo, si los resultados son desfavorables, la escuela ve reducidos sus fondos y el profesorado sus salarios. Es decir, en vez de detectar problemas y ayudar a superarlos, se “castiga” a esa comunidad educativa, hasta poder llegar a cerrar la escuela o venderla y despedir a sus docentes. Esta es en el fondo la filosofía del libro blanco del señor Marina.
Este modelo ignora que lo que el profesorado reivindica es el apoyo y la potenciación del trabajo en equipo, la reducción de la carga horaria, la estabilización de las plantillas docentes, la cobertura inmediata de las bajas, la dotación de profesorado para apoyo al alumnado con diversidad y dificultades de aprendizaje, la formación del profesorado dentro del horario lectivo, la concreción de un currículum estable, abarcable y no repetitivo, un sistema de evaluación del alumnado que sea formativo y sencillo…
Frente a este enfoque IU ha apostado decididamente por una estrategia radicalmente diferente: sumarse al amplio debate y consenso que se está realizando ya entre toda la comunidad educativa, los movimientos sociales, los sindicatos, especialistas en educación, partidos políticos y mareas verdes, en la construcción colectiva de una alternativa compartida de modelo educativo y docente que se ha plasmado en el ‘Acuerdo Social y Político para una nueva Ley de Educación’. Construir desde la base y con la comunidad educativa: este es el camino.